Solía llorarte... Bastante... Solía quedarme horas y noches completas pensando en todos los años que estuvimos juntos y en todas las experiencias que vivimos...
Solía pensar en los viajes que hicimos, en las bromas que nos hacian reír hasta llorar, en los amigos que tuvimos, en los tragos que compartimos...
Solia recordarte y llorarte, pensando que estaba haciendo las cosas mal y que estaba equivocada al lanzar todo al vacio, solia preguntarme si teniamos solucion, solia recordar lo feliz que era a tu lado, cuando estaba convencida que eras la persona indicada.
Ese es el problema, que solia quedarme con los recuerdos bonitos y olvidar los malos... Olvidé tus despistes, olvidé que pronto me volví una amiga más, olvidé el descuido en el que caímos, olvidé la rutina, olvidé las lágrimas que me hiciste soltar cada vez que me ignoraste, que me pusiste en segundo lugar, que me mentiste...
Olvidé que no eras quien conocí en un principio, olvidé tu egoismo y tu prepotencia, olvidé que durante bastante tiempo no era felíz a tu lado, olvidé lo mal que me sentía cuando no me prestabas atención, cuando tu pasado se convertía en sombra y tu lo permitías, olvidé todo lo que hice por tí y que nunca me correspondiste...
Si bien lo bueno compensó lo malo, lo último no se borró de mi mente y la culpa se mantenía presente; siempre recordaré cuantas veces me heriste con tus acciones a pesar de que con lágrimas en los ojos te pedía que no lo hicieras, recordaré cuando te pedía un gesto, mínimo, que llegó demasiado tarde cuando ya no me importaba recibirlo.
No me arrepiento, aprendí mucho. Aprendí a estar yo primero, aprendí que merezco alguien que me haga avanzar y no retroceder, aprendí que nadie tiene el poder de ponerte por el piso a menos que uno lo permita, aprendí que la dependencia no lleva a ningún lado y que las personas cambian demasiado tarde, si es que en realidad lo hacen; aprendí a no desperdiciar las oportunidades que me da la vida y a no perder de nuevo a personas valiosas que cruzan mi camino por seguir amarrada a tu recuerdo.
Ya no te lloro, solía hacerlo cada vez que te recordaba, cada vez que veía una foto, cada vez que algo en la calle me acordaba de ti.
Ya no me culpo, y menos a ti. Aprendí que uno puede cambiar las prioridades de su vida y escoger que es lo que en realidad desea, aprendí que se debe dar sin esperar recibir, pero que sino recibes en algún momento dejarás de dar; aprendí que las etapas concluyen y que la nuestra ya culminó hace bastante, solo que nunca lo quise aceptar.
Ya no te lloro, a pesar de que te extrañe como amigo, de que me encante reir contigo, de que me preocupe por ti, de que quiera saber de tu vida. Ya no te lloro! Y se siente tan bien, tan liberador, tan ligero...
Ya no te lloro pasado, ahora vivo el presente y veo hacia el futuro...